El movimiento ciudadano en defensa de la Loma nos preparamos para una nueva etapa. Estamos en un momento en que en nuestro país se siguen persiguiendo diariamente a quienes defienden el territorio, y en que los ecosistemas de toda la tierra sufren sus mayores tragedias, como los mega incendios forestales del año pasado, que arrasaron no sólo los bosques en México, sino en la Amazonia, África y Australia, y se repiten ahora.

 En aquellas regiones como aquí, estos crímenes ecológicos son solo el inicio. En nuestro caso tras la carretera se viene la urbanización salvaje y más despojo a campesinos, a costa de nuestros derechos al agua, a la seguridad de nuestros hogares y espacios de trabajo, de nuestra paz e incluso a costa de la muerte de trabajadores.

 Concluimos que defender el ambiente, la tierra, es apenas la primera lucha por defender la dignidad completa, pues los destructores no se detienen ante razones o leyes y continúan avanzando, haciendo invivibles nuestros lugares, buscando expulsarnos, para remodelar nuestros barrios, ejidos y cada aspecto de nuestra vida, a sus negocios, a su avaricia. El TLC y el actual T-MEC supeditan nuestras vidas y el medio ambiente a los intereses de las trasnacionales y el capitalismo mundial.

 Al imponernos por la fuerza sus proyectos como el túnel, lo que nos queda para defendernos es dar otro tipo de lucha más amplia, junto a quienes compartimos este lugar y esta visión. En nuestros 15 años de lucha, nos hemos encontrado con otras luchas ambientales por todo el país desde Baja California a Chiapas, y vemos que avanzan hacia la misma conclusión: en México, tierra y libertad son necesariamente sinónimos, y no es posible vencer en lo local, a un enemigo global y que lo abarca todo. Pensamos que por ello las y los defensores de la tierra debemos iniciar una lucha juntos, unidos, más allá de nuestros terruños por el país que deseamos, por el país que necesitamos.

Atravesamos la peor crisis que la humanidad ha enfrentado, en nuestra visión se suman varios componentes. La crisis económica y la pérdida de derechos sociales y laborales, se encuentran profundamente interrelacionadas con la crisis ambiental, y deben ser vistas como distintas manifestaciones del capitalismo.

La degradación de los ecosistemas (escasez de agua potable, deforestación, pérdida acelerada de la biodiversidad, contaminación del suelo, aire y agua), son la consecuencia de la sobrexplotación capitalista, que solo beneficia a un puñado de personas (empresarios).

Desde hace décadas los científicos han demostrado que el calentamiento global y el cambio climático son resultado del incesante ciclo de generación de ganancia capitalista, que a su paso incrementa la explotación capitalista y explotación irracional del medio ambiente.

Esta minoría, se ha apropiado paulatinamente de todo: agua, bosques, minerales, petróleo, gas; ocasionando una alteración y deterioro sin precedentes de los equilibrios naturales, no solo en el ámbito nacional, sino también en el mundo entero.

La degradación ambiental y los efectos del cambio climático, suponen un riesgo principalmente para las y los trabajadores, los cuales, tenemos mayores posibilidades de enfermarnos y morir. Aunado a esto, los medios de subsistencia del 70 % de las personas que vivimos en situación de pobreza dependen directamente de los recursos naturales. Este riesgo ambiental no solo es para la humanidad, afecta a todos los seres vivos, a tal grado que las tasas de extinción de especies están aumentando. [i]

El problema de la escasez de agua no es propio de una ciudad o un país, es un problema mundial, y podríamos calificarlo como la consecuencia del capitalismo, el sistema económico hegemónico en el mundo. La extracción irracional de agua por parte de las empresas capitalistas y los procesos de privatización del agua promovidos por el gran capital mundial, a través del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Internacional de Pagos, ha provocado el acaparamiento del agua en unas cuantas manos, y ha condenado a la mayoría de la población mundial a un limitado acceso al agua, frecuentemente no potable.

El despojo y privatización de agua es uno de los principales problemas que enfrentamos, actualmente el líquido vital se encuentra en manos de monopolios y trasnacionales, ocasionando un acceso desigual al agua. En el mundo 2300 millones de personas[ii] (1 de cada 3) no tienen aún acceso a servicios de saneamiento adecuados, lo que ocasiona que cada año mueran cerca de 1.4 millones de personas por enfermedades prevenibles, como la diarrea y otras causadas por parásitos intestinales, asociadas al agua potable contaminada.

El despojo y acaparamiento de agua a manos de monopolios y trasnacionales, es y ha sido violento, reprimiendo pueblos enteros, asesinando con saña y crueldad a miles de activistas ambientales y sociales.

En nuestro país, 57% de la población carece de servicios de agua potable gestionadas de forma segura (ubicada dentro de casa, disponible cuando sea necesario y libre de contaminación fecal y química), 31% de la población no tiene agua disponible cuando la necesita y el 57% de la población reciben el agua contaminada,[iii]  en cambio las grandes empresas nacionales y extranjeras, manufactureras, mineras, cementeras, cerveceras, refresqueras, inmobiliarias y agropecuarias acaparan al menos 9,641,419,256.36 metros cúbicos anuales[iv] , esto equivale al consumo de agua anual básico para 264,148,472.78 personas.[v]

Esta situación de desigualdad y sobreexplotación de la naturaleza tiene su origen en un marco jurídico, político y económico, que favorece la obtención de ganancias por encima de la vida de millones de compatriotas. Ante esta crisis que pone en riesgo nuestra subsistencia, es necesario transformar nuestra realidad.

A lo largo y ancho del territorio nacional hay miles de compatriotas luchando contra algún atropello, la autoridad reconocía que el año pasado había más de 500 conflictos ambientales[vi].

Actualmente estamos desarticulados y sin una plataforma nacional que ponga en el centro la administración democrática y sustentable del agua, orientada a asegurar el derecho humano al agua y priorizar la soberanía alimentaria, así como, cuestionar y erradicar el uso del agua orientados a la producción capitalista.

Esta situación nos lleva a pensar el país que necesitamos, y las tareas urgentes para construirlo.

El país que necesitamos, respeta el medio ambiente. Es necesario unir fuerzas contra la implantación de proyectos industriales, agroindustriales y extractivos, que han llevado a nuestro país a perder entre el 2001 y el 2017, 3.2 millones de hectáreas de bosques, 6% de su territorio forestal.

El país que necesitamos, garantiza el derecho al agua. Es necesario impulsar una nueva Ley de Aguas, que elimine el acaparamiento, desigualdad e inequidad en el acceso al uso del agua potable.

El país que necesitamos, respeta los derechos laborales, que han sido eliminados por completo. Solo el 10% de las y los trabajadores están sindicalizados, la mayoría laboramos por contrato o incluso sin el, con la zozobra permanente del despido, lo que vuelve muy difícil la lucha por nuestros derechos laborales. Es necesaria una Ley del Trabajo que elimine el outsourcing y que devuelva los derechos arrebatados por la patronal.

El país que necesitamos, pone en el centro los derechos de las mujeres. Actualmente, más del 50% del territorio nacional se encuentra bajo la alerta de género, las mujeres somos privadas del derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. El Estado no tiene como prioridad garantizar nuestras vidas y nuestros derechos. Es necesario construir un marco jurídico e instituciones que protejan nuestras vidas.

El país que necesitamos, es igualitario. Ahora, 16 mexicanos acumulan la riqueza de 53 millones, mientras el PIB por persona crece a menos del 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica por cinco.

El país que necesitamos, defiende al campo. Nuestro país ha perdido su soberanía alimentaria, las empresas agroindustriales trasnacionales se han apropiado de todo, pauperizando la vida de las y los jornaleros y dejando sin futuro a las y los campesinos. Resignando a nuestro campo al abandono y crisis permanente.

El país que necesitamos, es soberano energéticamente.  La minoría privatizó la industria eléctrica y de hidrocarburos, despojando de su territorio a las comunidades y campesinos del país. Con lo anterior, se dio un golpe duro contra la soberanía nacional.  La reforma energética profundizó el desmantelamiento de PEMEX y CFE en beneficio de empresas transnacionales y nacionales, actualmente importamos el 75% de la gasolina que consumimos.

El país que necesitamos, respeta autodeterminación de los pueblos. La instalación de megaproyectos se ha impuesto con base al despojo, se han desplazado a más de 170 mil compatriotas de sus lugares de origen, nuestro país ocupa el segundo lugar en el número de afectados por la construcción de las grandes presas en Latinoamérica.

El país que necesitamos, está en paz.  Más de 250 mil personas han sido asesinadas en la estrategia bélica empleada en los últimos 12 años, que no detuvo el narcotráfico, la violencia, las desapariciones forzadas, los feminicidios, la tortura, los asesinatos extrajudiciales y las fosas clandestinas, si no al contrario todo fue en aumento.

El país que necesitamos, no llegará solo, es necesario luchar por el. Transformar de fondo nuestra patria, recuperar los derechos robados, construir la república democrática de las trabajadoras y trabajadores.

¡Llego el momento de que esta situación termine! Todas y todos tenemos el deber de construir el país que necesitamos, por el presente, por el futuro y por la vida.

Convocamos a las organizaciones, defensoras y defensores ambientales a un proceso de diálogo y coordinación en la búsqueda de alternativas comunes para continuar nuestras luchas y la construcción de un país igualitario y sustentable.

 

 

 

MOVIMIENTO CIUDADANO EN DEFENSA DE LA LOMA (MCDL)

 



[i] En la actualidad, el 42 % de los invertebrados terrestres, el 34 % de los invertebrados de agua dulce y el 25 % de los invertebrados marinos están en riesgo de extinción. De 1970 a 2014, las poblaciones mundiales de especies de vertebrados se redujeron en promedio en un 60 %. Para la flora el escenario es el mismo, de cada 14 hábitats terrestres, 10 han experimentado un descenso en la productividad de la vegetación.

[ii] https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/27652/GEO6SPM_SP.pdf?sequence=6&isAllowed=y

[iii] Página 69. Progresos en Materia de agua potable, saneamiento e higiene. Informe de actualización de 2017 y la línea de base de los ODS. UNICEF. Organización Mundial de la Salud.

[iv] La cifra corresponde al volumen concesionado por la CONAGUA, el consumo puede ser mayor porque CONAGUA no mide el volumen de agua extraído, y porque las empresas recurren a una extensa red de filiales y presta nombres que dificulta vincular todas las concesiones de agua con las empresas matrices.

[v] La ONU estima que se requieren al menos 100 litros diarios de agua por persona para cubrir necesidades elementales para beber, cocinar e higiene

[vi] https://news.culturacolectiva.com/mexico/dice-semarnat-que-hay-mas-de-500-conflictos-ambientales-mexico/